Pasión del fuego sobre la madera
FOC
D.H.Lawrence només atinava a mitges:
El foc no pot il·luminar el foc.
Allò que s’ il·lumina pel foc no és foc.
El foc cala la túnica de la primera donzella dessagnada,
el foc il·lumina el cresol de l’alquimista reflectit en la copel·la,
la pudor de les aigües en les nits de marjal.
Tots els focs, un únic foc,element de natura,
passió de la fusta,
pell acaronadapredient allò lògic,
un ballo in maschero.
El foc lluent i net,
com si s’oposàs a la foscor i a la brutícia.
Però sovint oblidem que la guspira
naix de la foscor,
com l’arc del cel de la pluja,
i acarem de bades el foc a la mort,
la sang gelada en pacte amb la màquina de Satan.
El foc, l’esperit de la creació, en diem,
però sabem que és també segell solitari.
Foc lliure, maternal i, si de cas, caut:
no esperona el creixement de cap vida,
ni suporta l’amàs de troncs oblidat
sa l’arrossegament de les aigües.
Només el neguitós de la foguera engrandeix
en l’encontre,
a l’aguait del dolç cauteri:
accepta el foc,
accepta de bon grat gran sacrifici,
el rònec honor de la cendra.
FUEGO
D.H. Lawrence sólo acertaba a medias:
El fuego no puede iluminar el fuego.
Aquello que se ilumina por el fuego no es fuego.
El fuego cala la túnica de la primera doncella desangrada,
e ilumina el candil del alquimista reflejado en la copela,
la hediondez de las aguas en las noches de marjal.
Todos los fuegos, un mismo fuego,
elemento de natura,
pasión de la madera,
piel acariciada
prediciendo lo lógico,
un ballo in maschero.
El fuego luciente y nítido,
Como si se opusiera a la suciedad y lo oculto.
Pero a menudo olvidamos que la centella
nace de la obscuridad,
como el arco iris de la lluvia,
y en balde enfrentamos el fuego a la muerte,
la sangre helada en pacto con la máquina de Satán.
El fuego, el espíritu de la creación, decimos,
mas sabemos que también es sello solitario.
Fuego libre, maternal y, acaso, cauto:
no aguijonea el crecimiento de vida alguna,
ni soporta el amasijo de leños olvidados
al arrastre de las aguas.
Sólo el desazonado de la hoguera se engrandece
en el encuentro,
en la esperanza del dulce cauterio:
acepta el fuego,
acepta de buen grado sacrificio grande,
el parvo honor de la ceniza.
7 comentarios:
Fuego, elemento de vida, elemento de muerte, elemento de transformación. Alquimia, evolución, sabiduría. Símbolo, materia y antimateria.
Pere, precioso y reflexivo poema sobre un elemento absolutamente controvertido. Has conseguido crear un umbral a través de tus palabras. Acceso a los mundos sutiles a través de estos versos consagrados a la belleza y la sabiduría.
Maravilloso poema
Un abrazo
Ana
17 de agosto de 2009, 12:16
gran poema
PERE
tienes una deliciosa cadencia en cada verso
es un placer leerte
sin màs te deseo lo mejor
un abrazo.
17 de agosto de 2009, 21:58
Le dejo un saludo fraternal, amigo.
Me ha encantado leer su lirismo de profundidad impactante.
Milagros Hernández Chiliberti
Presidente Ejecutiva de la Unión Hispanoamericana de Escritores
17 de agosto de 2009, 22:02
Gracias, Ana:
Tus comentarios halagüeños tiene la impronta de la lectura sosegada. Sí, más allá de la copela, las bayas purifican.
Empedocles, Lawrence, Bachelard... y el Etna.
Aún no encontré ni las sandalias ni los círculos,
pero sigo agitando los sentidos.
On the road again.
Pere
18 de agosto de 2009, 9:22
Gracias, Alejandro:
Las cadencias, dices.
Y la altura de fondón.
Siempre es un gusto verte por acá.
Un abrazo.
Pere
18 de agosto de 2009, 9:24
Gracias, Milagro:
Tenme al corriente de todos los proyectos amigos.
Y cuenta con mis textos originales en catalán y traducción del autor para lo que desees.
Mi amistad abierta.
Pere
18 de agosto de 2009, 9:27
Un trabajo pulido, muy creativo, distinto a los que he leído ultimamente, posee unas metáforas extraordinarias, se siente la facilidad del autor en el desprendimientos de conceptos que utiliza para fomentar una poesía interesante, atrayente e intelectual; me encantó.
María Eleonor Prado Mödinger
13 de octubre de 2009, 17:14
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