ROSETES
ROSETES
The night sky high above the land
Is keeping me safe
The fire in the distance too
Mad Caddles
Els teus pits de dacsa,
ocellets balbs al calor
de les meues mans.
(de Llibre de haikus, 2009)
PALOMITAS
The night sky high above the land
Is keeping me safe
The fire in the distance too
Mad Caddles
Tus pechos de maíz,
pajarillos ateridos al calor
de mis manos.
Etiquetas: Pere Bessó, poema
10 comentarios:
Y el maíz al calor...ya sabes lo que pasa,no?
Los pechos de una mujer hablan por si solos...tienen una vida ligada a otras vidas, tienen sensaciones que son eternas (se quedan guardadas en nuestra memoria emotiva, sabes?)
Creo que eres un poeta, hombre-poeta-escritor (hombre!) sensual.Y no es sólo halago.
Es cuestión no sólo de leerte (en ciertas ocasiones), sino de verte, observar tu actitud y tus ojos,en la serie de fotos que tienes aquí, a la derecha...
Abrazo grande y cálido.
22 de marzo de 2011, 2:46
Pues sí Maritza al Pere le gusta la mujer, afortunado ¿verdad?. En general cuando toca ese tema... hace un homenaje al cuerpo de ella y a la realización del universo de dos, ahí la mujer se refleja en sus ojos grandes y la "dice" su talento poético.
22 de marzo de 2011, 3:51
Ahora maíz y con sus merecidos brincos, ayer con la manzana y su nostalgia... ayyy Maestro. Hacia dónde el deseo, hacia dónde. Pero sigamos que la mesa esta puesta y para dos.
Abrazos, uno dos o los que quiera...
22 de marzo de 2011, 3:58
Maritza: sí, las palomitas de maíz se salen de cuenco, tiesto, sartén o aquello que las trate de contener: las propias manos...
Por lo demás, ya no sé si es halago. Mi condición de hombre no se basa es que me guste la mujer. Hombre o mujer, como personas mejor. Y la mujer como paradigma de g´nero, claro. Lo otro son anécdotas, vivencias, estímulos y, en algún caso, hechizo, igual que otros hablan de amor o sus cuasisinónimos más expresivos...
Beso.
Pere
22 de marzo de 2011, 9:59
No voy, gracias, Leticia, a pedir perdón a estas alturas porque me erotice el cuerpo de nadie. Más me erotiza, cuanto más inteligente. La belleza desnuda pero sola, me dice poco. Ni siquiera da tirón.
Y mis ojos dicen lo que mi mente piensa y mi piel siente, claro. O la memoria, ay...
Beso.
Pere
22 de marzo de 2011, 10:04
Jajaja, Marina:
Menos mal que nos salva la noche estrellada y la distancia.
Y los caminos del deseo los marca él. Hacia dónde? Él lo sabe, yo sólo le sigo, o me detengo a ver desde su orilla.
Y celebro que te haya gustado el símil del maíz. Seguro que tus tortitas son sabrosas.
Un beso de trago largo.
Pere
22 de marzo de 2011, 10:09
jajaja ES que el cuerpo es suculento, manjar deseable... sabroso y masticable. Pues, no sé que tan sabrosas, Maestro, que desde mi ángulo y derrotero las miro y las remiro... y siguen solitarias.
Besos.
22 de marzo de 2011, 13:58
Querida Marina: ¿las rosas o las manos?
De todos modos ésa es la enseña del poeta. Ve aceptándolo, amiga, de buen grado.
Un beso.
Pere
22 de marzo de 2011, 16:18
Me gustan las rosas, más si se mantienen cálidas entre los pechos: bonita foto!
22 de marzo de 2011, 22:22
Lo celebro, Centenaria. Y sí, la foto es delicada y de encaje.
Un beso.
Pere
22 de marzo de 2011, 23:34
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