DAVALL DE L’ARBRET DE NADAL-PERE BESSÓ
DAVALL DE L’ARBRET DE NADAL
Cintes i llaços, perles d’imitació, peres de llums,
paperets i porpra pengen de l’arbret de Nadal,
com si foren fruites revelades a l’agrunsadora del temps,
a les somortes mans dels que foren feliços
en el somni pactat del desamor,
a la manera de Whitman.
Els desafectes empenten els objectes pertot
amb la rialleta sufocada més aviat de beneïts.
Cauen pesadament, la testarrada és la fi sospitada del vent de fora,
i quasi rebreguen sota els vells ulls dels vells amants,
però no fan la imatge de l’espantall, els vells
desafectes plens de nostalgia, curullats de records giren
al voltant de l’escorxat arbre del desig enrunat,
hi haguera senzills rituals d’ìmpossible reencontre.
Les campanetes dels buits de la carícia sonen.
El paradigma és simple: el mirall de nou lliga
el noi a la closca i la noia a l’escuma,
a la fi, marceixen, cap llavi no s’arronsa, cap cara no es ruga,
que no pot esguerrar la festa innocent de la crida de l’arbre
de la nit del darrer pessebre íntim.
BAJO EL ARBOLILLO DE NAVIDAD
Cintas y lazos, perlas de imitación, bombillas de luces,
papelillos y púrpura cuelgan del arbolillo de Navidad,
como si fueran frutas reveladas a la mecedora del tiempo,
a las exangües manos de quienes fueron felices
en el sueño pactado del desamor.
a la manera de Whitman.
Los desafectos empujan los objetos por doquier
con la risita sofocada más bien de bobos.
caen pesadamente, el cabezazo es el fin sospechado del viento de fuera,
y casi machucan bajo los viejos ojos de los viejos amantes,
però no dan la imagen del espantajo, los viejos
desafectos llenos de nostalgia, colmados de recuerdos giran
al rededor del despellejado árbol del deseo derrocado,
hubiera sencillos rituales de ìmposible reencuentro.
Las campanillas de los vacíos de la caricia suenan.
El paradigma es simple: el espejismo de nuevo ata
el muchacho al caparazón y la chica a la espuma,
al fin, ajan, ningún labio encoge, ninguna cara se arruga,
que no puede lisiar la fiesta inocente de la llamada del árbol
ni acabar amb el frío trapo que oculta las vergüenzas
de la noche del último pesebre íntimo.
Etiquetas: Pere Bessó, poema
2 comentarios:
Hola: aquí el árbol es un símbolo de lo sagrado, de la fuerza vital, del deseo que mantiene el equilibrio cósmico.Hay muchas lecturas en este poema, de densidad interesante, porque nos remite al significado de celebración, el triste, el que decae, y el del nuevo renacer.Lo cíclico se encarna en este árbol, como acaso cada árbol de Navidad sea un símbolo de sus dueños, de las manos que lo adornaron.Y también del viento, que como bien decís, puede tirar las bombillas.Un gran poema. Saludos Irene Marks
8 de enero de 2010, 12:27
Gracias, Irene galáctica, por tu comentario enriquecedor. Y sí, cada árbol sostiene el símbolo doméstico del amo. Y puestos a señalar, también el árbol tiene que ver con la decrepitud del profesor de edad y sus renuncias...
Un abrazo,
Pere
8 de enero de 2010, 15:57
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio