En este blog podrá leer poemas del poeta valenciano Pere Bessó en catalán y Español/Castellano. También puede leer su vasta obra en su sitio web: http://perebesso.com

martes, 29 de septiembre de 2009

ULL DE L’AGULLA-PERE BESSÓ

Mai no has teixit el somni dolç,
a l’aguait del ritme lent de les seues ones,...







ULL DE L’AGULLA





Per a Helena Bonals Barberà




Pugnamos ensartarnos por un ojo de aguja,
enfrentados, a las ganadas.
Amoniácase casi el cuarto ángulo del círculo.
¡Hembra se continúa el macho, a raíz
de probables senos, y precisamente
a raíz de cuanto no florece!
César Vallejo





Mai no has teixit el somni dolç,
a l’aguait del ritme lent de les seues ones,
sempre enganyant la fam de la tristesa
amb els ossos repelats de la joia
dels altres. En cada tapís del viatge
et negaren la part de l’aventura cega:
La germana nascuda de la sang
d’euga en zel, els clavells del llit obert
a la tempesta, l’esclat a les ales de coloms,
els estels compadits dels udols de les velles
muntant els seus antics neguits.
Ets l’ombra del teu ventre d’illa arredonida,
esperant encara l’ull de l’agulla,
la mà, i el fil insaciables.
Mai no has sabut destriar ni ser l’elegit.
Al punt de partida, ai, home d’edat, et trobes ara.








ULL DE L’AGULLA





Per a Helena Bonals Barberà





Pugnamos ensartarnos por un ojo de aguja,
enfrentados, a las ganadas.
Amoniácase casi el cuarto ángulo del círculo.
¡Hembra se continúa el macho, a raíz
de probables senos, y precisamente
a raíz de cuanto no florece!
César Vallejo







Nunca has tejido el sueño dulce,
al asomo del ritmo lento de sus olas,
siempre engañando el hambre de la tristeza
con los huesos repelados del contento
de lo otros. En cada tapiz del viaje
te negaron la parte de la aventura ciega:
la hermana nacida de la sangre
de yegua en celo, los claveles del lecho abierto
en la tormenta, el fulgor en las alas de palomos,
las estrellas compadecidas de los alaridos de las viejas
montando sus antiguos desasosiegos.
Eres la sombra de tu vientre de isla redondeada,
esperando todavía el ojo de la aguja,
la mano, y el hilo insaciables.
Nunca has sabido escoger ni ser el elegido.
En el punto de partida, ay, hombre de edad, te hallas ahora.

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