En este blog podrá leer poemas del poeta valenciano Pere Bessó en catalán y Español/Castellano. También puede leer su vasta obra en su sitio web: http://perebesso.com

jueves, 25 de marzo de 2010

JACK NICHOLSON

Imagen tomada de la red








JACK NICHOLSON







Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario.
Nicanor Parra.







Si la imatge trepidant de la bola de neu que s’acreix en la davallada del riu interior de la tristesa ultrapassa tot sentit del mot ‘resplendor’ que ara agraeixes, llavors jo també hauré d’acceptar que vull ser poeta a la manera de Jack Nicholson amb la picada d’ull que talla la nit directament al nervi; amb la mala consciència del complot de sospirs i laissez-faire; amb la meua descreença de la bufada oberta del potet de l’essencial líric. Em perdonareu, si confesse la pròpia propensió al gest teatral de la guineu que aixeca les celles falsament sorpresa quan la trompeta del destí sona abans d’hora l’arribada de la coltellada fatal, i després, lentament, fa la ganyota i gira l’esquena amb un somriure de victòria consentida i familiar que buida tota la pantalla.


(de La pell de saxígraf, 2005)








JACK NICHOLSON





Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario.
Nicanor Parra.






Si la imagen trepidante de la bola de nieve que se acrece en el descenso del río interior de la tristeza sobrepasa todo sentido de la palabra ‘resplandor’ que ahora agradeces, entonces yo también habré de aceptar que quiero ser poeta a la manera de Jack Nicholson con el parpadeo que saja la noche directamente al nervio; con la mala conciencia del compló de suspiros y laissez-faire; con mi descreimiento del soplo abierto del tarro de lo esencial lírico. Me perdonaréis, si confieso la propia propensión al gesto teatral de la vulpeja que alza las cejas falsamente sorprendida cuando la trompeta del destino suena antes de tiempo la llegada de la cuchillada fatal, y después, lentamente, hace una mueca y da la espalda con una sonrisa de victoria consentida y familiar que vacía toda la pantalla.

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